Continuando con nuestra ruta y con la ayuda de nuestras
anfitrionas de Puerto Viejo, conseguimos coger un transporte colectivo
(furgoneta) que nos llevaría directos a la población de La Fortuna (El Arenal).
El viaje fue bastante ameno, paisajes preciosos, selvas por todos lados,
carreteras bastante mejorables pero aceptables y como no... lluvia, mucha
lluvia.
En la Fortuna nos alojamos en un hotel poco acertado pero
muy céntrico. Tras dar una vuelta por el pueblo, casi atardeciendo y con
lluvia, apenas tuvimos tiempo de hacer algunas compras y cenar. El volcán del
Arenal era imposible de ver con las nubes, ni esa tarde ni probablemente al día
siguiente, por lo que decidimos adelantar viaje a Monteverde para el día
siguiente. Conseguimos transporte que incluía furgoneta-barco-furgoneta hasta
Monteverde y de paso realizábamos una excursión por el lago Arenal. Eso si,
todo bajo una densa manta de agua y niebla que nos acompaño todo el tiempo. Finalmente
llegamos a Monteverde a través de un camino de cabras donde pensé que la
furgoneta o transporte colectivo nos iba lanzar barranco abajo (patinaba continuamente
y el camino se hizo infernal), todo ello con tal de evitar un montón de horas
de viaje si se hace solo via carretera. A pesar del riesgo lo recomiendo. El
hotel de Monteverde fue toda una sorpresa. Habitación gigantesca, dos camas
superkingsize y con todas las ventanas con vistas a la selva. Toda una
recompensa al viaje.
No hay comentarios:
Publicar un comentario