Diario de Azores 4: Ribeira Grande, Sao Bras, Caldeira Velha.
Por la mañana el tiempo no terminaba de definirse, eso ocurre todos los días aqui, así que como teníamos una visita pendiente al mercado de Ponta Delgada nos hemos encaminado hacia allí. Poca cosa.
Ribeira Grande no esta mal, quizás mejor para verano por tener playa, aun así tiene monumentos, iglesias y merece la pena un paseo para conocerla. Pero como lo que nos gusta es la naturaleza, tras la cervecita en la plaza del pueblo nos hemos echado a la montaña, rumbo a Caldeira Velha, en un enclave alucinante, lleno de helechos gigantes y bosque tupido, con piscinas de aguas termales ( no olvidéis el bañador si viajáis aquí, a mi se me ha olvidado y debe ser toda una experiencia bañarte en mitad de la montaña). De aquí hemos subido aun mas al Lago do Fogo, justo a tiempo para hacer una foto porque una niebla espesa lo ha tapado todo en segundos. Hora de comer y en nuestro hotel nos recomendaron un sitio en Sao Bras para comer una caldeirada de pescado: una delicia. A la vuelta hemos pasado por un puerto pesquero precioso y por miradores con vistas, como no, espectaculares.
Por la mañana el tiempo no terminaba de definirse, eso ocurre todos los días aqui, así que como teníamos una visita pendiente al mercado de Ponta Delgada nos hemos encaminado hacia allí. Poca cosa.
Ribeira Grande no esta mal, quizás mejor para verano por tener playa, aun así tiene monumentos, iglesias y merece la pena un paseo para conocerla. Pero como lo que nos gusta es la naturaleza, tras la cervecita en la plaza del pueblo nos hemos echado a la montaña, rumbo a Caldeira Velha, en un enclave alucinante, lleno de helechos gigantes y bosque tupido, con piscinas de aguas termales ( no olvidéis el bañador si viajáis aquí, a mi se me ha olvidado y debe ser toda una experiencia bañarte en mitad de la montaña). De aquí hemos subido aun mas al Lago do Fogo, justo a tiempo para hacer una foto porque una niebla espesa lo ha tapado todo en segundos. Hora de comer y en nuestro hotel nos recomendaron un sitio en Sao Bras para comer una caldeirada de pescado: una delicia. A la vuelta hemos pasado por un puerto pesquero precioso y por miradores con vistas, como no, espectaculares.
