Con el coche alquilado con bastante suerte (pedí uno básico y me dieron un Megan Diesel en el aeropuerto de Ponta Delgada (Luso Car) teníamos toda la isla por recorrer. Lo primero fue Sete Cidades, un extraordinario lago dividido en dos en un tremendo cráter en la zona noroeste de la isla. Normalmente la ruta se inicia desde Ponta Delgada, pero al tener el hotel en el Norte decidimos ir por de Capellas a Sete Cidades por esta ruta norte, que también esta llena de miradores y de sitios espectaculares.
Nos ha cogido la epoca de floracion de las azaleas y las camelias. La carretera, parques y jardines están llenas de ellas.
La ruta esta llena de miradores que permiten unas vistas espectaculares de los pueblecitos de la zona norte.
Prados y vacas, a veces parecía que estaba en Asturias
Las carreteras bastante bien señalizadas y aunque algo estrechas son bastante buenas para la conducción. Quizás el problema es como conducen los "azorinos", aparcan en cualquier lado y te llevas alguna que otro sustillo, por otro lado es difícil centrarte en la conducción con tanta maravilla a tu alrededor.
Acantilados desde los miradores
Crater donde esta ubicado la localidad de Sete Cidades
Lago y localidad de Sete Cidades
Iglesia de Sete Cidades
Muchos miradores dan a pequeños lagos por todas partes, donde haya un cráter hay un lago, y la isla esta llena de ellos
Vista tipica de esta excursión. Arriba tiene un mirador que es de obligada parada para contemplar unas magnificas vistas.
Lago Canario, lleno de Criptomerias (coniferas) que están por toda la isla. La bajada fue bastante interesante
Decidimos hacer algo de senderismo, pero el viento y el frío eran notables, aun así llegamos a un pico desde donde se tenia unas vistas impresionantes
La costa, por la que volvimos a Capellas también tiene un encanto especial. Lo que mas nos costo fue buscar un sitio donde comer y cuando lo encuentras tienes que adaptarte a lo que hay. En la isla el desarrollo turístico no esta muy avanzado, por suerte, pero eso también tiene sus pegas...
