14 de julio: NUWARA ELIYA
A las 7 de la mañana y tras un buen desayuno en nuestro mirador favorito sobre el río, nos esperaba el tuctuc para ir a la old station de PERADENYA ya que el tren a NUWARA ELIYA salía a las 8:20. No pudimos conseguir primera, así que por 300 rp conseguimos billetes de segunda. En esta ocasión la estación estaba llena de turistas, es la primera vez que nos ocurre esto en el viaje ya que no se ve ninguno por ningún lado.
El tren llego a las 9:30 y casi estaba mas lleno que los autobuses.
Nos quedamos en el pasillo y empezamos a alucinar con el trasiego que había en el vagón, no paraban de ir de un lado para otro, vendiendo todo tipo de viandas de olores penetrantes, algunas con gambas disecadas (desconocemos si era dulce o salado , pero picante fijo).
En el vagón parecía que todo el mundo se conocía y empezaron a tocar palmas y a cantar con unos tambores lo que nos dejo estupefactos. Al pasar por los túneles gritaban como colegiales, parece ser una tradición del pais. El viaje resulto duro por los olores y apretones de la gente.
Al paso del tren la gente de los poblados cercanos salía a saludar, era como volver al pasado al menos 40 años o más
Sin embargo decidimos adaptarnos a la situación y vimos que al igual que el día de la llegada a PERADENYLLA era mejor ir en la puerta del vagón, esta vez sentados y haciendo fotos, es decir pasamos de segunda a cuarta clase, eso si oliendo la hierba cortada, percibiendo todos los detalles del paisaje y a veces recibiendo algún ramazo de las hierbas y vegetación que envolvía las vías del tren.
Pueblos cercanos a las factorías del té diseminados por la montaña
En cada estación aproveché para hacer fotos a los lugareños, todos sonreian, es de los pocos sitios donde les gusta ser fotografiados.
Según subíamos, a cada vuelta de colina el paisaje no paraba de sorprender, cada vez estaba más contento de ir en 4ª clase, sentado en las escalinatas del tren, pero con unas panoramicas de lujo...
El paisaje fue cambiando mientras subíamos, pasando de vegetación tropical a vegetación de montaña con pinos, eucaliptos y otros grandes arboles junto con cascadas de agua que eran impresionantes. Pronto empezamos a ver las primeras plantaciones de te. Los niños saludan con la mano al paso del tren. Finalmente todo lo que veíamos eran plantaciones de te, preciosas.
Mi vista privilegiada...
A la 2 p.m. llegamos con 2 horas de retraso y nada mas bajar del tren, como siempre se nos hacerla un tipo con no muy buena pinta (prejuicios que tenemos sin querer) y tras rechazarlo e insistir, nos trajo por 200 rp al hotel con mas encanto de todos en los que nos hemos hospedado hasta ahora.
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