viernes, 28 de septiembre de 2012

Sri lanka: Mirissa

Dias 17 y 18 de julio: llegada al paraiso: MIRISSA 

A la vuelta al hotel esperamos un poco mientras pagábamos (4000 rp +2400 de la cena, bastante cara por cierto y mala) hasta que llegó el taxi que nos traería a MIRISSA. El conductor nos pidió permiso para traer a su hermana unos pocos km, y de ahí emprendimos el camino. El paisaje al principio era seco, solo se veían acacias a cientos, parecía la sabana africana y empezamos a dudar de nuestro nuevo destino, pero... de pronto empezó la vegetación tropical, cada vez mas exuberante hasta llegar a MIRISSA. El chofer nos paro en una guest house llamado SUNSET que tenía las habitaciones a 4000 rp, con dos camas de matrimonio con dosel y moquitearas cuadrados muy graciosos. La habitación muy grande y lo básico: aire acondicionado. Decidimos quedarnos.
El paisaje era de primera en el hotel porque estaba mas que en primera línea de playa en primera linea de ola. De hecho tenía mucha humedad, pero merecía la pena.
MIRISSA tiene una de las mejores playas de Srilanka, hace una pequeña bahía llena de cocoteros, con algún restaurante de playa. El paisaje es espectacular, así que nos alegramos de haberla escogido. Por la tarde playa, después de haber comido un rice and curry en la propia guest, picante como la madre que lo parió. El mar en esta época del año esta bastante bravo, hay mucho oleaje aunque permite bañarte, pero no hacer snorkling. En cualquier caso la playa esta llena de conchas, son todo porcelanas pequeñas y hay muchas rocas. Eso nos motiva bastante. Por la noche encontramos restaurante de playa bastante agradable. Pedimos unos Grill Calamari y resultan estar de muerte, buenísimos. En los siguiente días lo convertiríamos en nuestro restaurante favorito de cabecera.





























 18 de julio: MIRISSA
Nos levantamos y desayunamos en la terracita del guest con vistas inmediatas al mar que con cada ola te cautiva. El desayuno es algo mediocre porque tienen la costumbre de poner huevos fritos pero casi crudos. El café es algo de agua con un sabor extraño que te recuerda al café normal europeo.
Como por la tarde anterior estuvimos dándonos un baño en la playa principal, decidimos descubrir las playas cercanas, ya que se juntas unas calas con otras. Y así descubrimos unas calas preciosas, quizás con menos oleaje hasta llegar a un centro de masaje ayurverico. Tras dudar algo por lo rancio del ligar decidimos darnos un masajito, así que los que lo atendían rápidamente salieron en busca de masajista oficial. Al principio nos toco tragarnos lo que parecía una reunión de Avon en casa, pretendía vendernos todo tipo de aceites y mejunjes varios a precios astronómicos hasta que por fin nos hizo pasar a un lugar donde estaban las camillas. Al tumbarte prácticamente te quedas pegado a la toalla, que se suponía limpia pero que tenía aceite en todas sus fibras. El masaje duro 1 hora pero puedo decir que quizás haya sido el mejor y mas completo que me hayan dado jamás.
A la salida, nos sentíamos muy relajado y decidimos coger una vereda al azar que se internaba en el bosque. Fue espectacular, estaba llena de todo tipo de plantas, mariposas, monos, arboles. Parecía que estábamos en medio de la jungla y nos hizo sentir genial.
Volvimos para comer porque el calor se hacia muy fuerte y de nuevo aterrizamos en nuestro restaurante de cabecera con nuestra mesa junto al mar en esa playa preciosa. El restaurante se llama MIRISSA EYE. Decidimos tomar un arroz y una pasta que no resultaron tan espectaculares pero no estaban mal.
Siesta para mi y paseo por otra vereda para Juanjo.
Tras la siesta café- brebaje y tomar algo se sol en una tarde al fin relajada.
En la cena volvimos a MIRISSA EYE y esta vez nos atrevimos con un pescado para los dos. Y que acierto. Único sitio dela isla donde hemos disfrutado de un exquisito pescado a la plancha, enorme y con una salsa deliciosa.





















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